"Mónica
vino a mi consulta con unos síntomas clarísimos de síndrome constitucional. El
que no lo viera es que tenía una miopía y una carta magnas. Estaba tan delgada
que tenía un músculo esquelético. Me dijo que en ese Estado no podía seguir. Yo
me propuse hacer una reforma, pero no estaba seguro de si contaba con dos
tercios de los órganos. Esto era debido a que los órganos lo eran de muy
diferentes poderes y tejidos (como la bandera), y no sabía si los iba a poder poner
a todos de acuerdo.
Los había que tenían competencias en exteriores, como las
glándulas sudoríparas, mientras que otros las tenían en defensa, como el bazo.
Era un timo. Algunos eran órganos ejecutivos (músculos), otros consultivos
(corazón, perteneciente a Interior) y otros legislativos (ADN). Éstos últimos
estaban sometidos a las leyes de Mendel. A su vez los órganos se constituían en
aparatos; tales eran el aparato de los partidos o los aparatos burocráticos.
Algunas veces uno nacía con algunas anomalías como riñón y partido únicos. Los
aparatos constituían sistemas, como los sistemas electorales o los nerviosos
centrales. Los síntomas se agrupaban en síndromes y éstos en enfermedades,
siguiendo esta misma lógica".